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lunes, 21 de marzo de 2022

La soledad aguarda…


La soledad aguarda, paciente, su momento; se pasea sin prisas, manos a la espalda, con estudiada parsimonia, analizando distraídamente la trayectoria de cada paso, bordeando las afueras de cualquier felicidad compartida.  


Le gusta que la traten de amiga, aunque, comprende que asumir ese autoengaño necesita de una espera, de una aceptación paulatina con su ritmo y con sus tiempos; “Amiga soledad!” Lo ha oido tantas veces! Pero se deja querer; el oficio le ha enseñado a transformar la compasión en comprensión, incluso en fingida amistad reparadora donde encuentre, al fin, arraigo el desarraigo. 


Sabe cómo ir invadiendo rincones abatidos del alma: el silencio huérfano de la casa en penumbras con vestigios de olor a cirios y ecos sordos de agónica letanía de rosario; o una mano extendida que asoma su desespero a una esquina insospechada en cualquier calle sin nombre…

Es para ella como ir renaciendo pausadamente en cada ruptura, o entre los dedos que ya apenas se rozan en un adiós sin retorno; construyendo su reino sobre residuos de vida, a menudo en la antesala del partir ineludible hacia la nada. 





miércoles, 1 de marzo de 2017

Borro mi nombre


Borro mi nombre, y con él la posibilidad de ser definido. Así, libre de conjeturas, tengo al fin la oportunidad de mostrar lo que no finjo.


viernes, 1 de enero de 2016

jueves, 19 de noviembre de 2015

Ósmosis de almas gemelas atrapada en el círculo de la ausencia

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Todos los días son ayer, cuando, sin prisa, dueños del tiempo, desgranábamos la ansiedad en la ósmosis de la tarde hasta dar con las palabras que encajasen en el proyecto común de la conversación compartida, mientras los instantes se escurrían en hilera entre las copas de licor añejo; cuando no nos importaba guardar, tras las risas, las otras palabras, las incómodas, a la espera de un momento propicio indefinido.

Pero hoy... hoy de nuevo es ayer, y desenvuelvo las palabras proscritas guardadas en un hatillo; las acaricio y busco escucharlas una vez y otra más, aislado en el círculo de la imposibilidad y la evidencia, sumido en la perplejidad de la ausencia.

Hoy es ayer; siempre y para siempre será ayer; y las palabras, ayer impronunciadas, permanecen para siempre atrapadas en el hatillo de un tiempo perdido, como tesoros sin dueño; ese es el merecido castigo que intento paliar con el incierto placer de la nostalgia, en la angostura infinita de la tarde.


sábado, 3 de octubre de 2015

Antón

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Lector empedernido.
Librepensador honesto y valiente, sin concesiones.
Conversador culto y ecléctico, rápido e incisivo.
Creador.
Artesano habilidoso e ingenioso, sin modestia innecesaria.
Cocinero imaginativo y exigente gourmet, todo en uno.
Dibujante situacional, si la ocasión y la compañía lo merecían.
Seductor nato sin ostentación.
Hospitalario, servicial y amigo de sus amigos.

Defectos? quizás, pero no queda sitio.

·

Fotógrafo, guitarrista, escultor... Antón Gómez González podría haber sido una figura pública en cualquiera de estas disciplinas, si la propia idea de pretender serlo no le hubiese parecido una frivolidad. Su obra plástica fue mostrada en diversas exposiciones bajo el seudónimo Antón Carballeira.

Nos dejó el 12 de mayo de 2015. El mundo, desde entonces, es sólo un devenir gris, una espera.


lunes, 26 de enero de 2015

Una palabra necesita una esperanza...

Una palabra necesita una esperanza, un pretexto.
¡Qué pocas palabras soporta la soledad!
la soledad, que se nutre de decepción y hastío.
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Obra registrada con certificado Safe Creative, bajo licencia Creative Commons y sujeta a condiciones:

viernes, 23 de enero de 2015

Me niego a renunciar...

Me niego a renunciar al laberinto irrepresentable e irreducible de mis vertientes. Me interno en él hasta perder la capacidad de definirme.
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Obra registrada con certificado Safe Creative, bajo licencia Creative Commons y sujeta a condiciones:

miércoles, 24 de octubre de 2012

Inspiración?


Me despierto con una nueva melodía zigzagueando sinuosa por todo mi ser; desesperada busca un poro, una puerta estelar que comunique con su destino, en una lucha contrareloj por su propia supervivencia…

Retiro las sábanas; en apenas unos segundos permito que mi diafragma tome el control; en una pirueta me subo a las zapatillas y vuelo hacia el escritorio…

Se desliza brazo abajo en espiral, se cuela en el lápiz, fluye al pentagrama y… se expande como una selva en el papel...

En silencio, la imagino… Una lágrima se abre paso, cae al vacío en un instante dilatado donde velocidad, espacio y tiempo se disocian de toda lógica… cierro los ojos… y todo yo me evaporo en un tenue suspiro.



jueves, 20 de septiembre de 2012

Qué sería de nosotros sin los matices?


¿Qué sería de nosotros sin los matices, esos pícaros duendes de poliédrica doble cara?

Un gran silencio sólo puede ocultar


Un gran silencio sólo puede ocultar una gran sabiduría, una gran ignorancia, o ambas a la vez. En cambio la estupidez brilla siempre con luz propia.

Camino siempre hacia el horizonte


Camino siempre hacia el horizonte, pero ya olvidé si lo hago para llegar a él o para huir de él.

Acabo de descubrir que mi pijama


Acabo de descubrir que mi pijama tiene un bolsillo interior!
Si ayer noche no me lo hubiese puesto al revés nunca me habría dado cuenta!

Ella me dijo: "Eres un cielo"


Ella me dijo: "Eres un cielo"; y yo me sentí especial. Tardé años en descubrir que, en realidad, con esa frase acababa de ser castrado.

La generación es un asidero falaz


La generación es un asidero falaz sustentado en afinidades ilusorias; un espejismo que se diluye inexorablemente, dolorosamente, en el magma impío de nuevas e ilusas afinidades que, una vez más, se recrean en la autocomplacencia de la ignorancia y la carencia más absoluta de pasado y experiencia.

Sueño


Sueño,
y mi sueño es pequeño,
como yo mismo.
Y allá, a lo lejos,
está él, mi sueño,
y ya habito en él
para mitigar la espera.
Sueño!

Dónde está mi hipervínculo?


¿Dónde está mi hipervínculo? Y después: ¿Dónde está el reset que ha de liberarme de la huella de mismo?

Víctor


Su tiempo se detuvo en alguna frase de una canción de Mike Oldfield, aferrándose a un desesperado volantazo. Luego, todo continuó sin él.
Alguien consiguió extraer la casete salpicada de pequeñas muestras rojas de ADN, resistiendo el impulso de hacer girar la cinta, y así congelar ese impreciso momento que marcó para siempre la frontera del silencio.



(Historia inacabada)

Una nube 1


Una nube con forma de rey sedente y pose de Pensador rodiniano, avanza triste, consciente de su fugacidad. La Osa Mayor le mira con compasión.

Un día tuve una idea


Un día tuve una idea, la publiqué y se hizo famosa; pero nadie sabía mi nombre. Mi ego se sintió herido.

¿Alguien quiere un ego? Se lo regalo!

Bajo mi línea de flotación


Bajo mi línea de flotación mantengo oculta la esencia de lo que soy. Y sobre ella va acumulándose lo inevitable. Tal es mi buque.

Cuando digo que digo


Cuando digo que digo lo que digo, no digo lo que digo, digo que digo lo que digo; digo!

Soporté su presencia


Soporté su presencia durante 27 años, era un tipo que me repugnaba; pero cuando hoy me comunicaron su muerte no sentí alivio, sino soledad.

No encuentro mi lápiz

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No encuentro mi lápiz ¿no es lógico que, si acepto la idea de un Dios Creador, solicite de él la actualización de mi sistema de búsquedas?

Ramón

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Él: "¿¿Crees en Dios…??
         Dime!! ¿¿crees en Dios??".
Yo: "Creo en tí, amigo mío"…

Entonces apartó el cuchillo de mi garganta, bajó la cabeza y dijo con amargura:
"Antes, César, yo era como tú…: normal...", y lloró desconsoladamente.

El amor por la poesía


Hacía del amor por la poesía su bandera, pero era sólo un arma elitista tras la que escudaba su prepotencia.

El televisor en el suelo


El televisor en el suelo ya no es un gracioso episodio eventual, sino el signo de un abandono endémico. Ella, le ama casi ya con amargura.

Dª Josefa


Dª Josefa guarda una pistola bajo su almohada, y construye con paciencia e ilusión una casa de muñecas sobre la gran mesa central de una salita de estar de luz oscura y decadente que se filtra entre visillos con olor a naftalina; un universo privado a su medida habitado por sus miedos y la estrechez intelectual de una jubilación largos años añorada y una soledad apenas disimulada tras los flecos de una osadía estrafalaria y el voluntariado en el club social.


(Historia inacabada)

El camino de la escuela


Juguetea distraído con una varita en las brasas, así soporta el peso del silencio. Su madre oculta en un suspiro lágrimas de espera incierta. El aire huele a humo y a dolor cómplice. Noche afuera, el viento se regodea.




(Historia inacabada)

Cisne negro


Agotado, dejé de perseguir al cisne negro. Y, al girar sobre mis talones, me encontré de frente con los ojos de la fortuna sonriéndome dulcemente.

domingo, 22 de julio de 2012

Hablo sólo

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Hablo sólo. Solo hablo.
Sólo hablo solo, sólo... solo!
Y en la ventana una flor, sólo, sola... aunque ya no.

©esar

martes, 24 de abril de 2012

Caruso: Afinación y respiración en el canto

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"Un cantante que posea un sentido perfecto de la afinación y todas las buenas intenciones posibles, a menudo cantará desafinadamente y sacará un sonido sin vitalidad alguna, desagradable de escuchar, simplemente por falta de control de la respiración".

Enrico Caruso, Nueva York 1909




Enrico Caruso (Nápoles 25 febrero 1873 - 2 agosto 1921)



domingo, 22 de abril de 2012

Luísa Tetrazzini: En lo referente a la respiración en el canto

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"En lo referente a la respiración creo, como en otras cosas relativas al canto, que a medida que uno continúa y practica, por mucho tiempo que uno haya estado cantando, constantemente surgen nuevas sorpresas. Puedes haberte acostumbrado durante años a emitir una determinada nota de una cierta manera, y después de mucho tiempo descubres que, aunque sea ésta una manera muy buena, hay todavía una mejor".

Luisa Tetrazzini, Nueva York 1909




Luisa Tetrazzini (Florencia, 29 junio 1871 - Milán, 28 abril 1940)

miércoles, 18 de abril de 2012

Bibliografía de la voz





Cito a continuación una serie de títulos relacionados con el campo de la técnica vocal, por si pudiesen resultar de interés a estudiantes de canto, actores, profesionales de la voz en general, o posibles personas que simplemente sientan curiosidad por este apasionante mundo.

Aunque se trata de obras que conozco de primera mano, ya que todas ellas forman actualmente parte de mi biblioteca personal, no ha de tomarse este artículo como una recomendación a ciegas. A mi modo de ver, la lectura de este tipo de libros debe realizarse con la debida precaución: lo que para un alumno avanzado, dada su amplitud de criterio, puede constituír un importante complemento, podría llegar a convertirse, en manos de un principiante, en un mecanismo generador de conceptos erróneos, vicios e incluso lesiones irreversibles.

La voz es un recurso muy delicado; su estudio debe llevarse a cabo, siempre, bajo la supervisión de un experto. Según mi humilde opinión, basada en más de treinta años de estudio y dedicación a esta profesión, los libros debieran tomarse como lo que son: recomendaciones y anotaciones de experiencias adquiridas por estudiosos del tema que en ningún caso pueden substituír a un buen profesor.

Estos consejos parten de la mejor de las intenciones, la cual no es otra que prevenir al principiante contra vendedores de fórmulas mágicas y enseñantes mercenarios, no siendo mi deseo entrar en ningún tipo de polémica, ya que, en definitiva, cada uno es dueño de su propia voz, teniendo completa libertad para hacer con ella lo que considere más oportuno.



Alexander, F. Matthias; Maisel, Edward 
La técnica Alexander : 
el sistema mundialmente conocido para la coordinación cuerpo-mente
Barcelona: Paidós Ibérica, 1995
272p. ISBN 10: 8449301378 / ISBN 13: 9788449301377

Alió, Myriam
Reflexiones sobre la voz
Barcelona: Clivis, 1983
221 p. ISBN: 84-85927-05-2

Bañó Llorca, Fernando
La antitécnica
Madrid: Alpuerto, 2001
255 p. ISBN: 84-381-0388-X

Caballé, Montserrat; Perelló Jorge; Guitart, Enrique
Canto-Dicción, Foniatría estética.
Parte de: Audiofonía y logopedia, vol. IV
2ª ed. Barcelona: Editorial científico-Médica, 1982
305 p. ISBN: 84-224-0636-5

Caruso, Enrico; Tetrazzini, Luisa
L’art de cantar
escritos publicados por la Metropolitan Company Publishers. Nueva York, 1909
Alier, Roger (trad.)
Barcelona: Laertes, 1987
93 p. ISBN: 84-7612-043-5

Ferrer Serra, Joan S.
Teoría y práctica del canto
A. Ros Marbà (prol.)
Barcelona: Herder, 2001
213 p. ISBN: 84-254-2134-9

Kraus, Francisco
El canto y su técnica
Ensayo inédito cedido por el autor

Lips, Helmut
Iniciació a la tècnica vocal
4ª ed. Lleida: Orfeó Lleidatà, 1989
44 p. ISBN: 84-400-3561-6

Mena González, Ana de
Educación de la voz, Principios fundamentales de ortofonía
2ª ed. Málaga: Aljibe, 1996
163 p. ISBN: 84-87767-23-0

Miró i Claria, Mª del Àngels
Métode pràctic de cant
Barcelona: MF, 1989
191 p. ISBN: 84-86950-00-7

Riggs, Seth
Cantar como las estrellas
Porty (trad.)
Madrid: Nueva Carisch España, 2004
104 p. Adjunta 2 Cds

Rossi della Riva, Giusseppe
Aclaraciones sobre la escuela italiana del “Bel canto”.
Tres conferencias pronunciadas en la sala Ricordi en Buenos Aires.

Buenos Aires: Ricordi, 1955
90 p. Sin ISBN

Torres, Begonya; Gimeno, Ferran
Bases anatòmiques de la veu
Barcelona: Proa, 1995
157 p. ISBN: 84-8256.051-4

Viñas, Francisco
El arte del canto
2ª ed. Barcelona: Casa del libro, 1963
388 p. Nº reg.: B.386-1963

Diccionari d’otorinolaringologia
Barcelona: Termcat, centre de terminologia, 2001
194 p. ISBN: 84-393-5559-9


miércoles, 11 de abril de 2012

Las sensaciones adquiridas intuitivamente

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Las sensaciones corporales adquiridas intuitivamente funcionan sólo temporalmente. Es importante localizarlas y concretizarlas, incluso definirlas verbalmente para poder recuperarlas y reconducirlas durante los ejercicios diarios; de no hecerlo así acabarán por mezclarse y confundirse con otras nuevas sensaciones, y nos encontraremos de nuevo en terreno desconocido, ya que nuestro cuerpo está en perpetuo cambio.

Cuando, después de sesiones de trabajo, consigamos descubrir una nueva sensación interior, durante los días posteriores es importante no descuidar los ejercicios periódicos para intentar por todos los medios fijarla en la memoria, aprovechando una fantástica ocasión que quizas podriamos tardar meses, o incluso años, en volver a encontrar.

La única forma de perfeccionar la técnica consiste en repetir reiteradamente los buenos hábitos para que de esta forma nuestro cerebro vaya incorporándolos como propios de manera natural. A partir de aquí hemos de estar abiertos y abiertas a posibles nuevas sensaciones que iremos a su vez concretizando y definiendo, e incluso incorporando a nuestra base de hábitos consolidados, mediante la tabla diaria de ejercicios, si así lo consideramos oportuno.

©esar

miércoles, 28 de marzo de 2012

Juan

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Juan es un poeta de sensaciones, un pescador de palabras, sólo que pasen éstas al alcance de su antena... atenta: agarrar, pegar... agarrar, pegar... y, de vez en cuando, sólo de vez en cuando, una idea concreta, ¡qué placer entonces! en esos momentos uno siente la reconfortante compañía de la autenticidad; pero luego, vuelve a su manía, casi esquizoide, de la pesca literaria, allá en su isla recóndita, en los límites del autismo; capitán de su nao, tripulada por fantasmas, algunos, que únicamente él ve; Quijote sin causa...

Juan es un loco entre bambalinas, un soñador obstinado, sólidamente anclado a un fondo marino de pura realidad; sujeto, como si nada, a un sutil hilo de cometa.

De algún modo consigue hacer brotar flores en su ombligo, epicentro de ese paraíso, que extiende sus fronteras más allá, mucho más allá, de lo que la vista alcanza, en busca de aire puro, tal vez a la zaga de la luz que le fue negada a la primera simiente echada en esa tierra heredada ya en los años de la penuria; una semilla tosca, quizás caída por casualidad en una sórdida noche preñada de pasión acelerada, algo de alcohol y, tal vez, unha pizca de ternura, regada por millares de ínfimas gotitas de sudor, jadeos de cansancio antigo y placer prohibido; y pueda que algún asomo de orgasmo inconfesable, pueda que alguno.

Nos cuenta historias remotas, ecos que vienen del más allá, invisibles flores que consiguen enraizar en la vulgar cotidianidad de un foráneo campo de golf; y él, feliz, gesto impasible de sonrisa socarrona, medio sincero medio burlón, pilota airoso su máquina cortacésped, sonrisa aquí, saludo allá, a la conquista de su libertad, manteniendo a raya un verde manto de hierbas con pedigrí, jardín ajeno; telón de fondo de su caótico paraíso... amapolas en el lodo.

Pero, en medio de esa especie de aséptico jardín asexuado, se yergue, rosal incuestionable, la voz de un poeta.



Barcelona, 2004

La palabra: esa desnudez

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La palabra: esa desnudez, ese compromiso... ese riesgo!

viernes, 23 de marzo de 2012

Un mínimo hilo de luz dorada

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Un mínimo hilo de luz dorada del primer sol que se escurre por el resquicio de las persianas a medio abrir, inunda de sutil grandeza la casa en su soberbio silencio... Basta para mí con esto; el resto del mundo me asfixia.

martes, 20 de marzo de 2012

Olor de gases del escape de un autobús

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Olor de gases del escape de un autobús que arranca debajo de mi balcón, al amanecer...
¡Qué extraña es a veces la nostalgia!

La esperanza retoña una y otra vez

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La esperanza retoña una y otra vez como las hierbas no deseadas. Su único antídoto es el desengaño en grandes dosis.

domingo, 26 de febrero de 2012

Norma 2

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Abandonar definitivamente la esperanza. Arrebatarle cada instante a la falsa ilusión del azar.

lunes, 30 de enero de 2012

Carta a Carmen · 1 (esp.)


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Con el tiempo, la soledad ha ido reconvirtiéndose para mi en aliada imprescindible, en punto de fuga, en única alternativa, en causa y consecuencia; a veces agujero negro, otras isla-hogar; pero en todo caso compañera ineludible, matrimonio de conveniencia; cuna de los decires nunca verbalizados... (a no ser alguna palabra huérfana que se marchó súbitamente en una tarde amarilla de chicharras, estallando contra el techo antiguo de la niñez perdida; insospechada y desubicada).

Pero las palabras huérfanas no hacen montón. Ya se sabe que la locura sólo puede parapetarse detrás de las palabras organizadas en hilera, aunque no digan nada, pero por lo menos que parezca que lo intentan, sólo para mantener entretenidos a los curiosos. Mientras seas capaz de mantener las palabras en hilera estás a salvo, como un encantador de cobras. ¡Vete tú a explicarle a una cobra los secretos de una escala pentatónica!  A ella lo mismo le da, de hecho seguro que prefire mil veces balancearse indefinidamente al son del punji que escuchar una sola palabra del encantador. La erótica de la locura, o del discurso encriptado.

Por eso es que el desamparo anda siempre a las puertas, intentando coquetear con la soledad; pero mientras mantengamos nuestra disciplina de encantadores, incluso el propio desamparo se quedará embobado balanceándose sin ni siquiera vernos.

Luego están los amigos, y las amigas, que entran y salen, que se asoman, que te tocan suavemente con las yemas de los dedos, con el respeto con que ha de tratarse a cualquier ser ocupado en organizar sus palabras desparramadas en un rincón amarillo del silencio; con los amigos, intercambiamos locuras como si de cromos se tratase, porque con ellos las palabras no tienen necesidad de cuadrarse, pueden saltar y reir sin orden ni razón. Los amigos ni tan siquiera llaman a la puerta, basta con que traigan consigo una palabra huérfana, o una sonrisa, o un levísimo roce con la yema de un dedo.


NOTA: texto traducido del original en gallego (ver enlace en la parte superior de esta entrada)

lunes, 5 de septiembre de 2011

Crédito a la "Filosofía popular"


Pienso que acostumbra a dársele excesivo crédito a la "Filosofía popular". Me niego a someterme a esa cerrazón; prefiero caminar en el límite del riesgo, vivir en la incertidumbre de la excepción.

Reclamo el derecho a equivocarme, a experimentar lo ya experimentado. Cada un@ de nosotr@s constituye un mundo en sí mism@. Todos y todas podemos y debemos re-inventar lo cotidiano. Cuestionar, sin agresión, la norma.

La relajación, un momento egoista

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El de la relajación constituye un momento egoista de aislamiento absoluto y autoconservación, al margen de todo lo que esté pasando alrededor de nosotros. Cualquier tipo de consideración intelectual, ideológica, social, política... está completamente fuera de lugar en ese instante.

La búsqueda de la relajación integral ha de basarse esencialmente en criterios físicos. Es el equilibrio de todos y cada uno de los minúsculos elementos corporales que intervienen en la respiración el que nos ha de llevar al sosiego general que necesitan el cuerpo, la mente y el espíritu para posteriormente afrontar de una forma mesurada cualquier posible complejidad de origen externo.

Para combatir una preocupación debemos evitar centrarnos en la preocupación en sí. Toda preocupación genera una tensión fïsica interna en nuestro organismo, es ésta última la que debemos intentar visualizar y relajar. De no hacerlo así, las tensións crecerán exponencialmente fuera de nuestro control, impidiéndonos pensar con objetividad. ©esardelcano



NOTA: Leanse comentarios en la parte inferior. Creo que pueden resultar tan interesantes como el propio artículo. Gracias de antemano a todos los lectores.
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domingo, 4 de septiembre de 2011

Paciencia, atención y constancia en los ejercicios


El efecto de los ejercicios diarios de respiración y relajación no comenzará a percibirse hasta pasados algunos meses, pero serán necesarios varios años para lograr una fijación consolidada y un dominio de las sensaciones internas; y aún entonces será imprescindible mantener el ritmo de la periodicidad para no perder la consciencia adquirida, y continuar perfeccionando la técnica. 

Pero esto no debe desanimarnos. En realidad se trata de una disciplina más; a medida que una serie de hábitos se vayan instalando en nosotros, nuestro cuerpo irá adaptándose docilmente, de forma natural y progresiva, a ese nuevo funcionamento. Simplemente conviene no olvidar que diariamente surgen agentes externos que inciden negativamente en nuestro equilibrio interior, se trata de intentar no bajar la guardia. ©esardelcano

viernes, 29 de julio de 2011

Héctor

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Por César del Caño
·

Héctor me enseñaba su foto con Sinatra, cuando era campeón de los Ligeros, antes de acabar como bestia de carga en el mercado de abastos.

A Héctor le sacó de la calle la Señora Petra. Apartó de él la botella, se enfrentó con valentía a su mal genio, le lavó y alimento; reunío los trozos de autoestima desperdigados en el asfalto, hizo con ellos un amasijo y los volvió a colocar en su sitio primitivo, al lado del corazón de aquel desecho humano que tiempo atrás había volado en la nube de la gloria y el dinero sin límites.

Qué fué lo que vio en él aquella bondadosa mujer, minúscula y de mirada viva y perspicaz, no es fácil de comprender para los que vivimos al margen de la realidad, distraídos en espejismos mediáticos y mentiras de políticos corruptos. 
- "Es que tenía unos ojillos... tan tristes...!", me respondía, mientras miraba a Héctor con ternura y amor inmensos; como si de su propio hijo se tratase.
- "¡La mía mama!", balbucía él con agradecimiento, en una extraña mezcla de español y brasileiro que luchaba por abrirse paso a través de aquella nariz machacada, mientras la abrazaba hasta estrujarla entre sus poderosos brazos.

Un día, paseando por la Puerta del Ángel, conocí a Kid Merino, los dos mirábamos la actuación de una cantautora callejera, y él, que me había visto en un par de ocasiones por aquellas calles de la vieja Barcelona, poco a poco fue acercándose hasta rozarme con el codo:
- "Es buena, eh!", dijo sin mirarme, en voz baja, estirando su cuello hasta colocar su cabeza muy cerca de la mía. Luego me miró fijamente, con aquella media sonrisa que le caracterizaba, como esperando respuesta...
- "Mucho...!", admití, "...tiene carácter y estilo... y una bonita voz".

Merino era un hombre de baja estatura, aunque de complexión fuerte y muy ágil para su edad. Moreno, calvo... de carácter alegre y positivo. Aparentaba unos sesenta y cinco años, aunque luego supe que en realidad tenía más de ochenta.
A partir de aquel día hubo nuevos encuentros y nuevas conversaciones. Me habló de los días en los que, allá por el verano de 1936, junto a otros boxeadores, se había alistado al bando republicano, en una especie de ejército gremial, respondiendo a la llamada de diversos grupos como la CNT-FAI como reacción al estallido de la guerra civil.

- "¿Conoces a Héctor Barbosa?", le pregunté en una ocasión. Él me miró con sorpresa...
- "¡Huy, sí! ¡ese era muy bueno...! ¿Por qué. Le conoces tú? No sé qué fue de él... "
- "Pasó una etapa muy mala, pero ahora ha encontrado un trabajo fijo en el mercado de La Boquería", le informé. El miró al suelo, agitó la cabeza y desmenuzó con el pié una colilla amarillenta...
- "Es lo que tiene esto: si no sabes retirarte a tiempo acaban contigo".



(Historia inacabada)

Amanece; el movimiento invade...

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Amanece; el movimiento invade mi refugio de niebla.
©esardelcano

jueves, 28 de julio de 2011

miércoles, 20 de julio de 2011

Caso real 2

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Conversación telefónica con una empleada de Iberia:

- "No puede usted llevar un cortaúñas en el avión, es un arma potencial".
- "Pero llevo una guitarra, que también es un arma potencial; imagínese usted que se la meto a alguien en la boca...!".
- "Sí, pero la guitarra paga un asiento aparte".
- "Bueno, si usted quiere compro otro asiento para el cortaúñas, así podría obtener la condición de objeto-no-peligroso y viajar sentado con toda dignidad".
- ...

Caso real 1

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Conversación con una agente de policía en el control de entrada del aeropuerto de El Prat (Barcelona):

- "Qué es esto?"
- "Una cabecilla de butano"
- " SEGURIDAD!! ... SEGURIDAAAAD!!! ... "
   "Si?"
   "Este señor, que... "
- "Es una cabecilla de butano... SIN bombona... Me la llevo para el pueblo, que aquí me sobra"
- "Ande, pase!"