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martes, 12 de julio de 2011

Un 'Beatle' en Barcelona

Por César del Caño
Vieiros, diario digital (03/12/2006)
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   El pasado día 23 me dirigí al Palau núm. 1, de la Fira de Barcelona en Montjuïc, en el que se estaba celebrando el II Saló del Llibre de Barcelona. Junto con la entrada, asequible dónde las haya (2 €), recibo dos libretos, uno con la relación de expositores y el otro con la agenda de actividades. Camino al mismo tiempo que ojeo el segundo: no tengo muchas opciones pues son ya las 19:10 y el cierre de puertas está previsto para las 20:30, pero de repente atrae mi atención un acto en concreto: "Literatura Beatles", "Conferencia-coloquio a cargo de Jordi Tardá y Pete Best, primer batería de los Beatles. Concierto con la Pete Best Band."... Comienza en 15 minutos...

   Los organizadores tienen acondicionada al efecto una esquina del Palacio, un espacio cerrado de modo provisional al que han llamado Teatre Bertolt Brecht. Entro y tomo asiento en las últimas filas de sillas. Me sorprende la reducida concurrencia (unas cien personas) si tenemos en cuenta la envergadura que tuvieron y continúan teniendo los Fab Four. Hai gente absolutamente de todas las edades y clases, y poco a poco va  generándose un ambiente general que podríamos definir como de "buen rollo"; la conversación surge de manera espontánea, aun entre personas y grupos desconocidos hasta ese momento. A pesar de que los fans de los Beatles se cuentan por millóns, todos creemos compartir algo muy especial.

   Permanecemos a la espera unos minutos, hasta que, con puntualidad británica, van entrando en el escenario una serie de personas: primero una a quien identifico inmediatamente, se trata de Jordi Tardà, locutor, coleccionista, promotor artístico, y coordinador del acto; viene seguido de otra persona a quien no conozco (luego nos informan de que se trata de un experto en el tema). Mientras van apareciendo, las cabezas del público se mueven frenéticas de un lado a otro, estirando los cuellos, oteando para non perderse detalle... Fugaces bisbiseos: "és aquest?", "no", "quin és?", "calla!"... La tercera persona se hace esperar uns segundos, hasta que... ahí le tenemos!... a pesar de los años, el pelo blanco y una amenaza de calvicie, no resulta difícil reconocer al mito. Muy alto, encogido sobre sí mismo, una media sonrisa como cansada, mirada de reojo, y un característico leve balanceo simiesco que las sobadas fotos no puideron plasmar.

   Se sienta al lado del anfitrión clavando los codos en sus piernas, en una postura que pocas veces va a cambiar a lo largo del coloquio. Lleva en la mano una botella pequeña de agua, la levanta hacia el público iniciando un breve brindis, acompañado de un gesto de cabeza, pero nadie responde; desde el momento de su aparición no se oyen más que las lejanas voces abovedadas del Salón del Libro, y aún más lejos, el murmullo de la ciudad; parece que nadie respire...

   Es un momento mágico. Tenemos ante nosotros nada menos que a aquel que, por decisión ajena, sin derecho a réplica y ni tan siquiera "una pequeña ayuda de sus amigos", quedó clavado a las mismísimas puertas de la gloria, etiquetado como "el gran perdedor". Para siempre.

   En ese momento pasé de la compasión al respeto. Respeto por el hombre; por tener el valor de echarse su historia a las espaldas, presentarse ante nosotros, insaciables coleccionistas de espantapájaros, y satisfacer nuestro morbo contando una y otra vez su desgraciada historia: que fue el primer batería de los Beatles, entre 1960 y 1962, y que justo antes de que la beatlemanía cayese como un manto sobre el mundo mundial, un inesperado giro del destino decretó que el cuponazo non sería para él sino para Ringo Starr.

   Jordi Tardà rompe el espeso silencio con las primeras palabras de apertura y presentación, dando paso seguidamente al turno de intervenciones que han de configurar el anunciado coloquio, haciendo las veces de traductor.

   La primeira pregunta que sale del público se refiere a su valoración sobre la influencia que ejerció el productor George Martin sobre el grupo. A este respecto Best no añade nada que los aficionados no sepamos ya: que era un hombre, desde el punto de vista musical, con unos conceptos muy claros, etc.

   A pesar de que, por respeto, reprimo el instinto morboso de hacerle las preguntas fatídicas, no todos los asistentes están dispuestos a perder el viaje, así que la primera de ellas acaba por oírse:

- P/ "¿Cómo digirió que los Beatles prescindiesen de usted?". (Quien es capaz de formular una pregunta así, o es un despiadado o simplemente es que no da más).

   Pete Best, baja cansado la cabeza, inicia una levísima sonrisa, y por fin responde generosamente:
- R/ "Al principio fue muy duro, pero con el tiempo todo se va suavizando".
Una vez llegados a este terreno, las seguientes preguntas se precipitan solas, encadenadas... previsibles:

- P/ "¿Cuál fue la razón?".

- R/ "Esa es la pregunta que más veces me han hecho", dice. Según él quien le comunicó la noticia fue el manager, Brian Epstein, a quien por lo visto le costó mucho encontrar las palabras adecuadas. -"Un día, después de tocar en The Cavern..." explica, "...me llamó a su oficina y me dijo que los demás me querían fuera de la banda; que eso era todo. La razón que me dio fue que Ringo era mejor batería".
Dicho esto último, apoya de nuevo los codos en las piernas mirando al suelo, permanece callado unos instantes en esa postura, luego ladea la cabeza arqueando una ceja en un gesto muy característico suyo y asegura: "that isn't truth" ("eso no es verdad"), y todavía lo repite una segunda vez bajando un poco la voz.

- P/ "Cuál fue entonces la auténtica razón?"

   Elude contestar. Dice que está ya cansado de dar respuestas que ni él mismo conoce, que a día de hoy todo aquello carece de importancia, y que lo mejor es que nos concentremos en la actualidad, en el concierto que la Pete Best Band va a dar a continuación.

   Sobre este espinoso tema, son varias las razones que todos ellos han dado, dependiendo del interlocutor, por lo que, parece lógico deducir que, como en casi todo en la vida, non hay una única causa sino varias.

   La versión más extendida, quizás porque el mismo Pete, a pesar de la aparente prudencia exhibida durante el coloquio, se encargó de repetirla hasta la saciedad, se refiere a los supuestos celos que los demás sentían, debido a que él era el favorito de las fans.

   Se dijo también que Pete no acabó nunca de encajar en el grupo, que era de mente más lenta, menos ambicioso, menos estudiante. Que, al contrario de los demás, nunca tuvo el convencimiento de que aquello iba realmente en serio. Que estaba más por la labor de alternar y relacionarse que por el arte en sí.

   Además, según sus propias palabras (La Vanguardia, 22/11/06), parece ser que, debido a su afición a la juerga y a las mujeres, a menudo acostumbraba a faltar a ensayos y conciertos. Debido a esto, en numerosas ocasiones hubo de ser substituído por el mismo Ringo.

   Otra de las causas que se han barajado es la de que al productor, George Martin, no le gustaba su manera de tocar. Este parece ser el detonante más directo, de hecho, según la versión de MacCartney y Lennon, la cadena de acontecimientos fue la seguiente: Martin le comunicó a los Beatles (al margen de Pete) su intención de cambiar de baterista, insistiendo hasta convencerles, y éstos, por evitar una confrontación desagradable con Best, le encargaron la papeleta al manager, Brian Epstein.

   Si a todo lo anterior le añadimos cierto aire de autosuficiencia e incluso un ligero toque de fanfarronería simpática, que se percibe después de observar in situ a Pete Best (su forma de expresarse, sugerir sin dicir, moverse, tocar, etc.). Si mezclamos todo eso, agitamos y aderezamos con unas gotas de adolescencia, creo que podría salir un cóctel del que poder deducir con bastante fidelidad el ambiente y las circunstancias en las que acontecieron los hechos.

   En cualquier caso, según palabras de Lennon, "al principio no supuso ningún trauma especial para Pete; fue con el paso del tiempo que todo se magnificó", a raíz de la gran proyección del cuarteto. Si las cosas hubiesen sucedido al revés, es decir, si fuese Best quien hubiese alcanzado el éxito por su lado, y los Beatles se hubiesen quedado en el intento, es más que probable que él mesmo les hubiese dado las gracias por haberlo expulsado.

- P/ "Volvió usted a tener contacto con los Beatles después de aquello?"

- R/ "Cuando lanzaron Anthology me pidieron colaborar, pero desde entonces no volví a verles. Ya no queda nada de qué hablar con ellos"

   A los derechos millonarios por la edición de Anthology, en sus formatos CD y libro, hay que añadir los ingresos por el DVD Pete Best of The Beatles (2005), editado por él mismo, y por los libros The Beatles, The True Beginnings (2002), escrito juntamente co sus hermanos Roag y Rory; y The Best years of the Beatles (1999) co-escrito por Pete y el periodista Bill Harry.

   Por otro lado, el Casbah Coffee Club situado en un sótano del West Derby de Liverpool, donde los Beatles, todavía con el nombre The Quarrymen (aunque a veces, fuera de Liverpool, acostumbraban a cambiar de nombre), dieron sus primerísimos conciertos, recibió el Grado II en la recomendación de conservación de sitios históricos de la English Heritage (Herencia Británica). La designación implica que el local, hoy único en su especie, aún con sus equipos y piezas de arte originales, es de "arquitectura especial e interés histórico" y no puede ser derruído. El club había sido creado en su momento por Mona Best, madre de Pete, en el sótano de su casa de estilo victoriano, por lo que él es su actual propietario.

   Así que, a fin de cuentas, parece que Pete Best tiene más motivos para estar agradecido a los Beatles que no lo contrario.

   Se le formulan diversas preguntas más de tipo técnico que tienen que ver con la marca del instrumento utilizado por éste o aquél en tal o cual concierto; otras referentes a alguna que otra anécdota, en concreto la famosa que se cuenta sobre el hecho de haber sido deportados de Hamburgo por haber quemado un preservativo a la puerta de la sala en la que tocaban. Sobre esta última asegura que todo es absolutamente cierto, confesándose además culpable de aquella gamberrada.

- P/ "En la gira por Australia del año 1964, Ringo Starr fue substituído por Jimmy Nichols, a causa de una enfermedad. ¿Por qué no le llamaron a usted, teniendo en cuenta que era quien mejor conocía el repertorio del grupo, y quien mejor se podía adaptar a la forma de tocar de Ringo?"

- R/ "Quizás porque lo que querían en realidad era alguien que tocase como Ringo, no mejor". Risas y aplausos.

   Pasada media hora de coloquio y de forma repentina, se da éste por acabado. Jordi Tardà nos pide un poco de paciencia, que en breve comenzará el concierto.

   Nos hacen esperar durante media hora y a las 20:30 exactamente salen los miembros de la banda. La formación consta de seis integrantes: guitarra solista, guitarra rítmica, bajo, voz solista y dos baterías: una de ellas tocada por el propio Pete, y la otra por su hermano y manager, Roag, quien forma parte del grupo por cumplir un deseo expreso de su madre, Mona.

   Las bases (percusiones y bajo) están representadas por antiguos músicos del Liverpool de los 60, es decir que "estuvieron allí", y el resto (guitarras y cantante) son de nueva generación, todos ellos buenos cantantes que van interviniendo unas veces como solistas, y otras como coro.

   Pete nos anuncia el concierto como "un viaje en el tiempo hacia el genuino sonido del Liverpool de comienzos de los 60". Y así es. Su repertorio está integrado por aquellas canciones que constituyeran el repertorio habitual de los Silver Beatles, durante la época en la que él era todavía su batería. De esta forma, como sacadas del fondo de un baúl, van sonando: Roll over Beethoven, Rock'n'roll music, Twist & Shout, One After 909, Bésame mucho (con su curioso y característico "Cha-cha-pum")... También suena, como no podía ser de otra forma, My bonnie (la primera canción grabada por los Beatles, como grupo acompañante del cantante Tony Sheridan, en 1960), momento en el que todos los asistentes, invitados por el cantante, nos levantamos en un acto casi reverencial, para participar en la interpretación, que realizamos con su cambio de ritmo original (comezando como vals lento para continuar con un frenético twist).

   Tal como ya nos había avisado Pete, la banda recupera la vieja filosofía armónica que, entre muchas otras características, diferenció a los Beatles por encima de lo que se estaba haciendo en aquel momento, es decir: interpretaciones a trío, unas veces, y solista con un colchón coral de tres voces, otras.

   En general, la Pete Best Band, es un grupo con un potentísimo directo, formado por músicos que se agarran al escenario con una solvencia, seriedad y entrega renovadas que reclaman desde los primeros acordes el respeto de todos; sólo así es posible hacer saltar de sus asientos, a golpe de manidas piezas de museo, a un público, la mitad del cual comienza ya a tener dificultades para recuperarse de este tipo de atrevimientos nocturnos.

   Al hilo de la, inevitable, comparación artística de Pete Best con Ringo Starr, y aprovechando el privilegio de poder escucharle en directo; aun aceptando, en parte, las limitaciones que se le han achacado a Starr, pienso que Best carece de la unidad de estilo, el equilibrio y el sólido ritmo de aquél. Por otro lado, abusa en exceso de los platos, llegando por momentos a saturar el oído. Por no hablar de su actitud autosuficiente y distante del evento artístico y su falta de entrega, que contrasta con la fuerza irresistible del resto de la banda.

   En tres ocasiones, ejerciendo el papel de "reliquia", se levanta de su taburete para dirigir unas palabras al público. Las dos primeiras veces que lo hace se agradece, ya que, por causa de la ineficacia del técnico de sonido (ignoro si puesto por la organización), nuestros oídos sufren los efectos de una sonorización estridente y descompensada. En cambio, hacia la mitad del concierto, parece que por fin logra dar con el significado de las palabras Channel y Level, y aquello comienza a sonar de verdad.

   Pero justo cuando todos nos habíamos olvidado ya del protagonista y comenzamos a disfrutar del espectáculo, Pete vuelve a levantarse para realizar una tercera disertación, lo cual frena el ritmo del espectáculo. Este momento es aprovechado por Tardà para hacerle entrega de un regalo con velas incluídas, ya que, ¡damas y caballeros, Pete Best, delante de nuestros ojos, cumple 65 años! Apagado de velas con un único soplo, abrazos y aplausos. El concierto continúa de forma brillante, ya sin interrupciones, hasta la apoteosis final, en la que nadie permanece sentado ni quieto.

   La cola para los autógrafos y fotos non se hace esperar. De repente, no sé cómo nin de dónde, comienzan a aparecer viejas fundas de históricos vinilos descatalogados que sus propietarios esgrimen como tesoros protegidos con esmero, para ser sólo profanadas por la firma del mito salido de las tinieblas.

   Yo sólo tengo el programa de la Feria del Libro. No me parece digno para un Beatle, ni propio de alguien que, como yo, pretenda dar una imagen de tipo comprometido, alejado de las frivolidades del mundo. Así que opto por marcharme. ¿Acaso no basta con haber visto a los Beatles por 2 €?.

Con todo, creo que non hubiese estado de más haberme llevado una cámara...


Fuentes:
- The Beatles, Guía completa de canciones. W. J. Dowlding. Celeste. Madrid, 1995
- The Beatles, Antología. The Beatles. Ediciones B. Barcelona, 2000
- Los Beatles. Alain Dister. Ediciones Júcar "Los Juglares". Madrid, 1972
- The Beatles, complete scores. Hal Leonard Corporation. USA, 1993
- El primer batería de los Beatles afirma... La Vanguardia digital, 22/11/2006.
- John Lennon, o perfil do héroe melancólico. Camilo Franco. La Voz de Galicia, 9/12/2005.
- The Beatles. Wikipedia, la Enciclopedia Libre.




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· Vieiros -diario digital- (03/12/2006)

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